Hace más de un mes y medio comenzábamos un nuevo curso, cargado de ilusión, cosas nuevas por aprender, nuevos profes y una noticia que ya esperábamos, Chantal nos dejaría antes de acabar el año. Otra de las “veteranas” tomaba el testigo para emprender un nuevo camino en este viaje que es la vida. Nuestra entrañable Chantal…cuántos minutos nos has dedicado a la entrada y salida de clase hablándonos de nuestros peques, esas conversaciones, amenas, sin prisas, con tanto cariño…
Si tuviéramos que pensar en qué profesión hubieras elegido de no haber sido maestra, habrías elegido profesora. Sí, está claro que la docencia era sí o sí tu destino, esa clara vocación que ya estaba tan profundamente definida en esa muchachita alegre de 20 años.
Nos has regalado los oídos con las idas y venidas de nuestros hijos, sus andanzas en los días de cole, sus risas, sus lloros, sus pataletas, sus bailes,… cómo les has sabido llevar, cómo has sabido en cada momento identificar lo que cada uno necesitaba, con tu dulzura para tratar a los niños y a la vez con esa habilidad de mezclarla con la exigencia y el buen comportamiento que hay que inculcarles. Con tu paciencia, con tu alegría, con tu sonrisa y con esa juventud que siempre ha destacado en ti.
Curso 1991-1992 |
El Liceo ha sido más francés contigo, ese aire très chic nos acercaba más a tu Francia natal. Esas boinas fantásticas que sólo tú sabes lucir, tus pañuelos atados a la cabeza, y esa juventud que destilas por todos tus poros nunca se acabará. Porque tú eres así, alegre, jovial, entregada, con fuerza y decisión.
Qué será ese don que tienes que hasta se te suman nuevos niños, como aquella ocasión en la excursión en París, junto a la Torre Eiffel en la que regresasteis con un niño de más. No es de extrañar, seguro que aquel niño vio que allí se destilaba alegría y cariño y se quiso sumar.
Nadie como tú ha disfrutado de los carnavales, de la preparación, de hacernos a todos partícipes y marcarlo en nuestro cuaderno de vida como un hito inolvidable. Trasladar a todos la alegría de ese día, cómo lo han disfrutado siempre nuestros peques! Todos los años todos esperábamos ansiosos la salida de tu curso, sabíamos que sería algo diferente, cuidado al detalle (como te gustan las cosas). Princesas y caballeros, alegres cosacos, y ese Mago de Oz, tan memorable con su mítica canción.
Siempre nos acordaremos de ti en cada carnaval, porque no será lo mismo, y siempre nos preguntaremos cómo habría sido la clase de Chantal…
Te vamos a echar de menos, sí, no lo dudes. Todas las sonrisas que has repartido, todas las anécdotas que nos has contado. Claro que te echaremos de menos, pero siempre nos quedarán esos recuerdos para poder volver a vivirlo. Así que GRACIAS, por tu dedicación y entrega, por dedicarte a los seres que más queremos y a los que tanto has dado. GRACIAS y ahora te toca seguir disfrutando de otra manera, te lo mereces.
Ce n'est qu'un au revoir! Hasta siempre! Y como dice la canción del Mago de OZ, que esos sueños que has soñado se sigan haciendo realidad en este nuevo camino que emprendes.
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